viernes, 26 de marzo de 2010
capitulo 39
Jeico se presenta ante Eva con la cabeza agachada. No tiene cara para pedirle perdon, sabe que la ha fallado. Eva no entiende nada.
--¿que es todo esto?
Jema y Nana agarran a Eva y las 3 se sientan en el sofá.
--ven querida --dice Nana--te vamos a contarte una historia...
Las dos mujeres le cuentan lo más resumido posible todo lo que ha pasado en sus vidas. Eva no deja de mirar impactada a Jeico. Pese a todo siente ternura porque se da cuenta de lo duro que ha sido para el. Igual no le puede perdonar que rechazara a su hijo. Jeico sabe que no tiene perdón, por eso no se atreve a mirar a Eva. Nana y Jema tienen muchas ganas de conocer al bebe.
--puedo conocer a mi nieto?
--es que ahora está dormido --dice ella sin dejar de mirar a Jeico.
Las dos mujeres insisten.
--pero solo un momento...
--Y como se llama?
--Jeico --dice Eva.
Ella se gira, por un momento la mirada de ella y la de Jeico se encuentran. Jeico siente emoción y alegría que su hijo se llama como él. Siente pena por todo lo que ocurrió. No le sostiene la mirada a la mujer. Naná y Jema le dicen a Eva que no las acompañe.
--tienes que hablar con mi hijo --dice Nana.
Y después de todo lo que ha pasado entre ellos Jeico y Eva están solos los dos frente a frente. A el se le cae la cara de la pena y no se atreve a mirarla.
--mírame... –le pide ella.
Él no la mira.
--que me mires... –insiste ella.
Jeico la mira con ojos llorosos. Eva lo ama pero a la vez lo odia por haber rechazado a su hijo. Si fuera por ella lo besaría y le diría que todo esta olvidado pero no quiero olvidar que la dejó sola en el momento más importante de su vida, que no quiso a su hijo. Recuerda las palabras que le dijo, su rencor. Todas esas noches en las que lo echó de menos. Lo abofetea. Jeico la mira muy triste y con un hilo de voz dice:
--sé que no te puedo pedir perdón porque perdón es demasiado poco pero... te juro que hubiera querido ahorrarte ese dolor... Te juro que lo siento mucho...
Jeico la mira muy triste. Le quiere hacer sentir que la ama, la quiere acariciar pero Eva muy dolida lo rechaza y él se desespera.
--tienes que entenderme ¡¿como iba a saber que mi madre era negra..?
Ella habla con más dolor que rencor:
--tú me juzgaste por traer al mundo un hijo negro y resulta que es culpa de tu sangre...
--es eso? me odias por ser mitad negro? --dice él muy triste.
Aunque no lo odia ella quiere que así lo sienta:
--te odio por ser un imbécil, yo tengo la culpa por meterme con un niño...¡¡
--soy un macho y te lo demostré...¡¡
--eres una bestia¡ ojala nunca te hubiera conocido...
En realidad no siente que lo odia pero no lo quiere perdonar. A él le duele mucho que lo rechace.
--no me digas eso... ¡por nuestro hijo¡
--ahora es nuestro hijo? --pregunta ella dolida.
--Le quiero dar mi apellido...
--No hace falta... ya tiene el mío...
--porque no me obligaste?¿porque no me demandaste? Tu podías demostrar que era mi hijo.
--porque nunca quise tenerte a la fuerza... Yo nunca te hubiera obligado a nada, sólo a un poco de amor para mi y mi hijo.
A Eva le da rabia que ahora acepte a su hijo porque sepa la verdad.
--Así no se vale, yo quise a mi hijo porque nació de mi sin importarme el color de piel... No se vale que lo rechazaras por ser negro y ahora si lo quieras...
--Tampoco seas injusta... ¿que otra cosa podía pensar?
Ella lo mira con amor pero también esta decepcionada:
--pudiste creer en mi, en mi amor...
Él trata de acariciarla pero ella siempre lo rechaza.
--pero yo quiero corregir mis errores, quiero que mi hijo lleve el apellido que le corresponde...
--pero yo no quiero.
--Pero yo puedo obligarte a que le des mi apellido.
No lo ha dicho para amenazar, simplemente no piensa lo que dice. Eva se lo toma como una amenaza y para lastimarlo le dice:
--y de qué te va a servir si me casé con otro...
--¿te casaste?
le rompe el alma. Jeico más que nunca se da cuenta de lo que la ama. Ahora que ya la perdió. A Eva le conmueve el dolor en los ojos de Jeico y hasta casi se arrepiente de lo que ha dicho pero ya es tarde.
--LLeva su apellido? --pregunta el con tristeza.
A Eva le duele que luego de haberla humillado él crea que las cosas pueden ser como antes.
--claro --miente.
--eras virgen cuando estabas conmigo, siempre me juraste que fui el único... ¡no puedes estar con otro¡
--lastima que te des cuenta demasiado tarde... --le reprocha ella.
Jeico sabe que la regó bien feo pero confiaba en el que el amor de Eva fuera lo suficientemente fuerte como para borrar lo feo.
--no me puedes haber olvidado... Nuestro hijo te ha tenido que recordar a cada momento lo que vivimos...
Él se muestra apasionado, Eva sabe que si la toca va a caer por sus brazos y quiere por una vez en su vida hacerse de rogar. Ya no quiere que Jeico la tenga fácil y asegurada. Jeico está demasiado acostumbrado a que Eva caiga en sus brazos sólo con chasquear los dedos y le duele mucho que lo rechace.
--Almenos por el bien de nuestro hijo podrías darme una oportunidad...
Eva no quiere escucharla. La presencia de Jeico la aturde. Siente que unos segundos más y acabaran en la cama y no ya se cansó que la usen.
--si fuera por ti mi hijo no hubiera nacido...
Esto Jeico lo siente como una puñalada. Le duele mucho que Eva se lo recuerde. Jeico le habla con ternura:
--no me recuerdes esto que me doy asco, me siento una basura... pero entiende la situación. Yo estaba casado y mi esposa lo estaba pasando mal... Tenia que pensar en ella...
Eva siempre ha sido la otra, la que da sin esperar y ya se canso.
--¡claro y de la tonta de Eva nadie se acuerda¡
Eva se gira. Jeico la abraza por la espalda:
--por favor... tú me has querido siempre... no creo que ya no me quieras...
Ella se estremece pero se aparta antes que él lo note y ella caiga en sus brazos.
--y tú para que me quieras...? ¿como tu amante?
Ella se acerca a la puerta. Se la abre y la señala:
--Será mejor que te vayas. No quiero que mi esposo te vea.
Jeico está muerto de los celos y eso lo hace enloquecer. Se pone furioso:
--¡¡me has dado un hijo... mi primer hijo .. tengo mis derechos...¡
Jeico y Eva se pelean. Se miran desafiantes cuando lo que quieren es besarse.
--¿y los vas a tomar a la fuerza...?
--¡¡no me obligues...¡¡
--déjame en paz... ¿como vas a decirlo a tu esposa?
--no tiene que saberlo...
Eva cree que el matrimonio de Jeico sigue y que lo único que el quiera es volver a tenerla en su cama. Jeico está demasiado atormentado por los celos como para explicarse. Aunque lo ama, Eva ha vivido feliz estos meses sola con su hijo y no quiere que Jeico vuelva a trastornarle la vida.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario